¿QUÉ QUIERES SER?
SIRENA o BALLENA
Hace
un tiempo, se vio por las calles de Sao Paulo una publicidad de
"Runner", una de las cadenas de gimnasios más renombradas del Brasil-
con la foto de una chica escultural y la siguiente frase: "¿Este verano
qué querés ser: sirena o ballena?"
Dicen
que una mujer de Sao Paulo (cuyas características físicas nunca
trascendieron) le envió este mail a la empresa Runner como respuesta:
Las
ballenas están siempre rodeadas de amigos. Tienen una vida sexual
activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas. Las ballenas
amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan comiendo camarones.
También
se lo pasan jugando en el agua y nadando por ahí, surcando los mares,
conociendo lugares maravillosos, como los hielos de la Antártida y los
arrecifes de coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta
tienen CD grabados. Las ballenas son enormes y casi no tienen
predadores naturales. Las ballenas tienen una vida bien resuelta, son
lindas y amadas por todos.
Las
sirenas no existen. Si existieran, vivirían en permanente crisis
existencial. "¿Soy un pez o soy un ser humano?". No tienen hijos pues
matan a los hombres que se encantan con su belleza. (Y yo agregaría que
no tienen por donde hacer el amor. ¡Por Dios!). Son bonitas sí, pero
tristes y siempre solitarias. (¿Quién quiere acercarse a una mujer que
huele a pescado frito y que no tiene hoyito como salvavidas?).
Runner, querida, prefiero ser ballena.
¡Si me quedaba alguna duda, ya quedó desterrada!
P.D.:
En
estos tiempos de mujeres anoréxicas y bulímicas, en que la prensa, las
revistas, el cine y la tele nos meten a la fuerza en la cabeza que sólo
las flacas son bellas, este mensaje trae nuevas esperanzas a las
ballenitas y, ¿Por qué no?, a las sirenitas que no descansan un segundo
pensando en su apariencia exterior.
Yo
prefiero disfrutar un helado junto a la sonrisa cómplice de mis nietos,
una copa de vino con un hombre que me haga vibrar y una pizza exquisita
con amigos que me quieren por lo que soy, no por cómo luzco.
A medida que envejecemos, ganamos peso.
Esto
ocurre porque acumulamos mucha informacion en nuestra cabeza. Mi
cabeza, por no soportar tanta informacion, comenzó a llenar el resto del
cuerpo. Ahora entiendo que no soy gorda, "¡soy culta!"
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