Una pareja estaba acostada en la cama una
noche cuando la esposa sintió a su marido
acariciarle de una manera que no lo había
hecho en bastante tiempo.
Sus caricias
eran muy sensuales, empezando por la nuca
hasta llegar a su espalda. Después
acarició sus hombros, bajando lentamente
hacia sus senos y parando justo despues de
su ombligo.
Después puso su mano en el
interior de su brazo izquierdo,
acariciando el lado de su seno, bajando
por su costado, sobre la nalga hasta
llegar a la pantorrilla.
Siguió hacia
arriba por el interior de su pierna
parándose en la ingle. Repitió , las
mismas caricias en el lado derecho y de
repente se paró, se dio la vuelta y se
puso a ver la televisión.
La esposa, que
estaba muy excitada, le preguntó con una
voz muy dulce:
"Lo que estabas haciendo
estaba maravilloso. ¿Por qué te parastes?
Y él le respondio:
"Ya encontré el mando".
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